En ocasiones, para lograr corregir el mal comportamiento de uno o más hijos, los padres necesitan la intervención externa de expertos, como por ejemplo la que podemos encontrar en un boot camp para niños rebeldes.
Pero, ¿cómo es posible saber con precisión en qué momento un padre o una madre deben buscar ayuda en uno de estos lugares?
Un primer momento o aviso inicial, es cuando se detecta que el niño se está convirtiendo no sólo en alguien problemático para los demás como consecuencia de sus acciones, sino también para sí mismo. Si ese es el caso, los expertos señalan que los padres necesitan buscar auxilio lo antes posible.
Pero, ¿y si no se observa una amenaza clara y/o un peligro inminente?
Entonces, otra manera de identificar cuando ya es tiempo de salir en busca de ayuda, es analizando a conciencia y con total honestidad, qué tanto del tiempo de los padres en el día a día se está viendo perjudicado por el comportamiento del niño en cuestión.
- ¿Papá o mamá tienen que salir temprano del trabajo?
- ¿Deben acudir en repetidas ocasiones a la escuela como consecuencia del mal comportamiento de su hijo en clase?
- ¿Su hijo está bajando de calificaciones, o incluso faltando a la escuela?
- ¿Sus amigos ya no visitan la casa como antes lo hacían?
Todas las anteriores, son señales de que el mundo del niño está cambiando. Siempre que se presentan cambios importantes en la vida de un hijo, es deber de los padres investigar si todo está siendo para bien, o, por el contrario, el menor está modificando su forma de actuar encaminándose a todo tipo de problemas.
La mayoría de las ocasiones, resulta bastante fácil notar este tipo de cambios, siendo el proceso de aceptación de que el niño está cambiando para mal, lo realmente complicado. Es por ello, que es altamente recomendable recurrir a una tercera parte la cual, además de ser experta en el tema, vendrá a aportar un punto de vista neutral.
Al final del día, optar por buscar un boot camp para niños rebeldes será una opción válida siempre que la comunicación, la cooperación y el afecto en la relación padre-hijo se hayan visto perjudicados.